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Cicatriz de cesárea y dolor crónico: lo que la Terapia Neural puede aportar

¿Desde cuándo comenzó tu dolor lumbar, pélvico o digestivo?
“Desde que nació mi hijo(a)”.
Cuando pregunto si el parto fue vaginal o por cesárea, muchas personas responden “cesárea”… y ahí aparece una pista clínica muy valiosa.

La medicina convencional suele mirar la cicatriz de la cesárea solo por sus complicaciones inmediatas —como infecciones, sangrados o trombosis— o desde un punto de vista estético. Sin embargo, cuando meses o años después aparece dolor lumbar, pélvico, cefaleas, alteraciones digestivas o ansiedad, rara vez se piensa en esa cicatriz como posible origen.
En la mayoría de los casos, la persona termina consultando a distintos especialistas sin que nadie relacione el inicio del problema con aquella intervención quirúrgica.

La Terapia Neural propone una mirada distinta. Según esta disciplina, ciertas zonas del cuerpo, especialmente las cicatrices, pueden comportarse como campos interferentes: focos de irritación crónica sobre el Sistema Nervioso Vegetativo (autónomo), capaces de alterar la comunicación entre órganos, músculos y sistemas.

El tratamiento busca restablecer la autorregulación natural del cuerpo mediante la aplicación de anestésicos locales en dosis bajas, generando un efecto regulador en la red nerviosa alterada.


¿Por qué una cicatriz de cesárea puede influir en otros síntomas?

  • Interrupción de redes nerviosas simpáticas y parasimpáticas: al cortar tejidos durante una cirugía, se seccionan terminaciones del sistema nervioso autónomo. La reparación puede dejar una zona hipersensible que mantiene una señal irritativa constante.
  • Campo interferente: una cicatriz puede actuar como un “interruptor encendido” en el sistema nervioso, manteniendo alteraciones a distancia.
  • Efecto sobre los reflejos neuroinmunes: al corregir esa irritación con microdosis de anestésico local, se modula la actividad del sistema nervioso vegetativo y se reduce el estímulo inflamatorio.

Síntomas que con frecuencia se relacionan con una cicatriz de cesárea

  • Dolor lumbar o pélvico persistente
  • Dolor de cadera o rodillas
  • Dolor cervical o cefaleas recurrentes
  • Dolor abdominal, distensión o colon irritable
  • Infecciones urinarias a repetición
  • Cuadros de ansiedad o alteraciones del sueño

Estos síntomas no siempre tienen una sola causa, pero la cicatriz puede ser un factor mantenedor del desequilibrio corporal, especialmente cuando el resto de los tratamientos no logran una mejoría sostenida.


¿En qué consiste el tratamiento con Terapia Neural?

  1. Historia biográfica detallada: se analizan eventos significativos como cirugías, infecciones, traumatismos o situaciones de estrés mantenido.
  2. Evaluación de la cicatriz: se revisa su aspecto, sensibilidad, adherencias y su relación con los síntomas.
  3. Aplicación del anestésico local: se infiltran pequeñas cantidades de procaína en planos superficiales o profundos de la cicatriz, con el objetivo de neutralizar la irritación nerviosa.
  4. Observación de la respuesta inmediata: en algunos casos se produce una mejoría repentina del síntoma, conocida como “fenómeno en segundo”, cuando el cuerpo recupera de forma casi instantánea una función alterada. En otros casos, la mejoría es progresiva y requiere varias sesiones para consolidarse.

Un enfoque integrador para recuperar el equilibrio

La Terapia Neural no se centra únicamente en eliminar el dolor, sino en restaurar la comunicación del sistema nervioso.
Cuando se combina con ajustes en la alimentación, movimiento consciente y un buen manejo del descanso y el estrés, los resultados suelen ser más duraderos.

Este enfoque no reemplaza la medicina convencional, sino que la complementa. Puede ser especialmente útil cuando los tratamientos habituales no han logrado resolver el problema o cuando se busca una recuperación más profunda y global.


En resumen

Si después de una cesárea has notado dolores lumbares, abdominales, cefaleas o alteraciones emocionales que no ceden con los tratamientos tradicionales, puede ser momento de evaluar la cicatriz como parte del problema.
La Terapia Neural ofrece una forma de reconectar y reequilibrar tu sistema nervioso para que el cuerpo recupere su propio orden.


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📚 Bibliografía y lecturas recomendadas

Integrative.ca. Neural Therapy & Scars: Understanding interference fields and healing response.

Institut de Teràpia Neural i Medicina Reguladora (Barcelona). Bases neurofisiológicas de la Terapia Neural y concepto de campos interferentes.

Vinyes, D. Therapeutic Use of Low-Dose Local Anesthetics in Pain Medicine (2023).

Engel, R. The Influence of Modern Neurophysiology on the Previous Principles of Neural Therapy (2022).

Manual Neural Therapy According to Huneke (Thieme).

Amigdalitis recurrentes y su relación con dolores crónicos: una mirada desde la Terapia Neural

¿Sabías que una historia de amigdalitis recurrentes o incluso una amigdalectomía (cirugía para remover las amígdalas) en la infancia puede estar conectada con síntomas crónicos en la adultez? Dolores de cuello, cefaleas, problemas digestivos e incluso cuadros de ansiedad, podrían tener un origen que pocos imaginan: una irritación persistente en tu sistema nervioso.

El rol de las amígdalas en nuestra salud

Las amígdalas son tejido linfoide ubicado en la faringe, formando parte del anillo de Waldeyer. Su función principal es proteger las vías respiratorias y digestivas frente a agentes infecciosos que ingresan por boca y nariz.
En los primeros años de vida, cumplen un papel fundamental en la detección y defensa contra virus y bacterias. Sin embargo, esa misma respuesta defensiva a veces se convierte en infecciones repetidas: la conocida amigdalitis recurrente.

El abordaje convencional

Desde la medicina tradicional, el tratamiento frente a la amigdalitis repetida suele incluir antibióticos. Cuando el cuadro se vuelve muy frecuente, la solución propuesta es la amigdalectomía.
En este enfoque, se considera que la extracción no genera un impacto relevante en la inmunidad del paciente.

Una mirada distinta: el sistema nervioso como protagonista

La Medicina Funcional y especialmente la Terapia Neural ofrecen otra visión.
Cuando las amígdalas se inflaman una y otra vez, o cuando existe una cicatriz quirúrgica en esa zona, puede generarse una irritación del Sistema Nervioso Vegetativo. Este sistema es clave porque conecta y regula múltiples funciones del organismo.
Esa irritación puede convertirse en un “cortocircuito” que desencadena síntomas a distancia y que no siempre se relacionan de inmediato con la garganta.

Posibles consecuencias de una amigdalitis recurrente o cirugía

En la consulta médica, muchas personas con estos antecedentes refieren:

  • Dolor cervical recurrente.
  • Cefaleas o migrañas.
  • Hormigueo o adormecimiento en brazos y manos.
  • Problemas digestivos como gastritis o colon irritable.
  • Cuadros de ansiedad o depresión.

Cuando se trata la zona irritada con Terapia Neural, estos síntomas pueden mejorar de manera significativa, devolviendo al cuerpo la capacidad de autorregularse y recuperar su orden natural.

Recuperar el equilibrio

El tratamiento no se limita a la aplicación de Terapia Neural. Muchas veces, la combinación con ajustes en la alimentación y suplementos adecuados potencia los resultados, ayudando al organismo a restablecer su equilibrio y mejorar la calidad de vida.

¿Por qué considerar la Terapia Neural?

Porque no se centra únicamente en el síntoma, sino en la red de conexiones nerviosas que sostienen nuestra salud.
En personas con historia de amigdalitis repetidas o amigdalectomía, este enfoque puede abrir la puerta a soluciones que la medicina convencional no contempla.


En resumen

Si has tenido amigdalitis recurrentes o una amigdalectomía, y hoy presentas dolores crónicos o problemas digestivos y emocionales, puede que exista una relación oculta en tu sistema nervioso.
La Terapia Neural puede ayudarte a recuperar el equilibrio y encontrar un alivio real y duradero.


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El Modelo Integrativista vs Medicina Alternativa

Mucha gente me pregunta que especialidad tengo luego de saber que soy Médico: mi respuesta es que no tengo una especialidad convencional pero me he dedicado a la Medicina Integrativa… – “¡ahhhhh eres medico alternativo!” – es lo que escucho con más frecuencia.

Hay una gran diferencia de conceptos entre lo “alternativo” y lo “integrativo”

La Medicina Alternativa se define como la práctica de terapias y métodos de curación que no se consideran parte de la medicina convencional.

La Medicina Integrativa utiliza tanto métodos “convencionales” como “alternativos” buscando una respuesta y solución a los problemas que presentan las personas.

Hay una gran diferencia de conceptos entre lo “alternativo” y lo “integrativo”

Dr. Rafael Vicuña

Pero el Modelo Médico Integrativista va más allá que su definición. Es una manera de VER, PENSAR y SENTIR diferente, independiente de las herramientas que utilice. 

Como su palabra lo indica INTEGRA a la persona en su totalidad, y la relaciona con el medio que la rodea, se involucra en los procesos vitales y no solamente en los estados. Es consiente con el SER y su ENTORNO, como también en su intervención y repercusiones en TODO EL ORGANISMO.

Utilizar medicamentos “naturales” para cambiar el comportamiento del organismo y así lograr un resultado previamente esperado lo llamo una “MEDICINA ALTERNATIVA MAL HECHA”, y por lo tanto NO ES Medicina Integrativa, ya que en esos casos el modelo terapéutico es el mismo de la medicina convencional: Una terapia Impositiva que no respeta los procesos y la singularidad de cada una de las personas… lo único que cambia es el fármaco, que es reemplazado por uno natural.

La Medicina Integrativa es un modelo terapéutico RESPETUOSO, CONCIENTE y ECO-LOGICO, que buscar por medio de la historia de cada persona y de un examen físico exhaustivo  llegar a la verdadera causa del problema sin la necesidad de ocultar el síntoma, sino de reparar el o los factores que lo originaron, logrando así la resolución del problema.

La jubilación mata

Puede parecer una sentencia injusta, agresiva de una gran frialdad.

Sabemos que en el transcurso de los años, el envejecimiento nos expone a innumerables enfermedades y condiciones que nos debilita día a día. Nuestros músculos pierden fuerza, nuestros huesos están más débiles, las funciones de algunos órganos comienzan a fallar… las visitas al médico se hacen cada vez más frecuentes, nuestros veladores tienen cada vez más medicamentos y las reuniones con nuestros amigos son cada vez más reducidas… es más, a muchos de ellos ya solo los vemos en la despedida de algún otro que ya partió…

Sabemos que la vida tiene su ciclo…. No sabemos cuándo, ni tampoco podemos evitarlo… pero sabemos que algún día partiremos de esta vida…

Sin embargo, mientras estamos en este mundo, muchos de nosotros perdemos la conciencia de lo que significa ESTAR VIVOS, de lo que somos capaces de hacer, sentir y disfrutar…. Solo dejamos pasar al tiempo, hasta que el tiempo nos alcanza en su final…

Sabemos que la vida tiene su ciclo…. No sabemos cuándo, ni tampoco podemos evitarlo… pero sabemos que algún día partiremos de esta vida…

Dr. Rafael Vicuña

Perdemos el interés en vivir, y me refiero a VIVIR profundamente, el disfrutar y compartir con nuestros seres queridos, el iniciar y completar proyectos pendientes, el SENTIRNOS UTILES para los demás, el TRABAJAR por y para nosotros… de todo esto, nunca debemos jubilarnos.

Perder el interés en la vida, sentirnos inútiles e incapaces de lograr algo y no hacer el intento de revertir ese sentimiento, nos conduce a una serie de deteriores físicos, mentales y emocionales, que nos hacen presa fácil de enfermedades y dolores…. Que poco a poco van acabando con nuestras vidas…

Por eso creo que la jubilación mata, y no me refiero a la jubilación laboral, sino a la JUBILACIÓN DE LA VIDA…

Esta es la carrera donde nunca debemos jubilar, debemos seguir trabajando por nosotros hasta el último segundo… siempre con el objetivo muy bien puesto en sentirnos UTILES, UNICOS e IMPORTANTES…  

No importa en qué etapa de la vida te encuentras en estos momentos… ¡VIVELA con ganas! Aprovéchala, cuídate, pero no dejes de disfrutar.

Cumple tus objetivos, plantéate metas, reúnete con los que quieres… a los adultos mayores de nuestros hogares no los dejemos de lado, integrémoslos en nuestras familias, que sigan cumpliendo un rol importante, asignándole tareas que sean capaces de realizar…. Si les hacemos todo, aunque sea con todo el cariño, sentirán que ya no son un aporte…. ¡NO LOS JUBILEMOS DE LA VIDA!….

¡Vive Feliz!

Los dientes también son parte de nuestro organismo

Afirmar que los dientes forman también parte de nuestro organismo puede parecer obvio, pero a la hora de vernos enfrentados a un problema de salud acudimos a un médico, atribuyendo como causa de dicho problema cualquier circunstancia que parezca directamente vinculada con el área afectada. Rara vez se mencionan los dientes dentro de la consulta, ¿no es cierto?.

Como médico recuerdo que, durante mis estudios, los dientes fueron un capitulo acotado y superficial, abordado básicamente en los primeros años de la carrera. A medida que avanzábamos y adquiríamos más conocimientos clínicos, los dientes fueron quedando cada vez más en el olvido, dejándoselos a los especialistas en la materia: Los odontólogos.

Es más, ¿Alguna vez un médico con la visión convencional ha relacionado un cuadro de tendinitis del codo (epicondilitis) con el antecedente de una endodoncia previa al inicio del cuadro?, o ¿un cuadro de dolor de rodillas (gonalgia) con la fractura o extracción de algún incisivo?, o más aún, ¿una enfermedad autoinmune con unas muelas del juicio impactadas? Más bien parece raro relacionar este tipo de problemas con antecedentes odontológicos.

Lo anterior ocurre a causa de la arbitraria separación de la medicina y la odontología. Ambas especialidades siguieron caminos paralelos sin siquiera interactuar entre sí: Los dientes al odontólogo y el resto del cuerpo a los médicos (y cada una de sus partes a los distintos especialistas)

Con todo, desde la visión de la Terapia Neural, la salud dental puede estar íntimamente relacionada con la génesis de algún problema de nuestro organismo, y ello ocurre porque nuestros dientes están interrelacionados gracias a la gran red interconectada que forma el Sistema Nervioso Neurovegetativo, encargado de comunicar todas las partes de nuestro organismo para que pueda funcionar armónicamente.

A todos mis pacientes, ya sea en la primera consulta o en los controles posteriores, les pregunto sobre sus antecedentes dentales, y en muchas ocasiones me veo sorprendido de la relación cronológica y/o contextual que se observa entre un evento odontológico y la aparición de un cuadro físico en alguna parte de su cuerpo, ya sea que se manifieste sólo como un síntoma o una enfermedad propiamente tal..

La sola aplicación de Procaína sobre el tejido circundante de los dientes afectados puede provocar la disminución o desaparición de los síntomas en algunos casos. En otros se debe insistir en más de una ocasión o combinar con otros campos de irritación presentes en el organismo, o quizás, con el saneamiento de la pieza dental involucrada (esto último es efectuado por odontólogos que practican la Terapia Neural desde la Odontología Neurofocal (ONF))

Siguiendo esta técnica, alteraciones funcionales en el sistema digestivo, tales como colon Irritable, estreñimiento, gastritis, problemas respiratorios como obstrucciones bronquiales, enfermedades crónicas respiratorias, problemas del aparato urogenital (cistitis a repetición), dolores articulares a nivel cervical, lumbar, hombros, codos, muñeca, manos, cadera, rodilla tobillos, pies, y un largo etcétera, pueden verse beneficiados si consideramos a los dientes como un antecedentes importante en la génesis del problema..

Considerando este aspecto a la hora de evaluar a una persona con un determinado problema de salud, su oportuna y adecuada intervención -según corresponda- a veces combinada con otras medidas terapéuticas que complementen el tratamiento si así se requiere, podríamos llegar a encontrar una solución a un problema que la medicina convencional ha catalogado como crónico o muchas veces como irreparable.